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¿Qué sucederá con mi empresa después de mi divorcio?

On Behalf of | Mar 15, 2023 | Ley de familia |

Usted ha puesto tantos años de sacrificio y esfuerzo para construir su empresa. Ahora su matrimonio está terminando, y entre sus tantas preocupaciones usted quiere saber lo que pasará con su empresa. ¿Puede protegerla, o es posible que la corte la dividirá y regalará la mitad a su cónyuge?

En Maryland y Virginia

Bajo la ley de Maryland y también la ley de Virginia, las pequeñas empresas casi siempre se consideran propiedad matrimonial (enlaces en inglés). Esto significa que pueden ser divididas igual que cualquier otra propiedad matrimonial por la corte si las partes del divorcio no logran negociar su propio acuerdo de divorcio.

Durante la división, la corte considera varios factores para decidir la porción que cada cónyuge recibirá. Estos factores incluyen el valor monetario de la empresa, las contribuciones de cada cónyuge al éxito y crecimiento de la empresa, y las circunstancias económicas de cada cónyuge – por ejemplo, su educación, su capacidad de ganancia, y más.

¿Cuáles son mis opciones?

La corte solo tendrá que dividir su empresa y su otra propiedad si usted y su cónyuge no logran llegar a un acuerdo solos. Al comienzo del proceso de divorcio, usted y su cónyuge pueden contratar a abogados y negociar la división de sus bienes.

Si es importante para usted que su empresa quede completamente bajo su control exclusivo, podría ofrecerle a su cónyuge una compensación por la mitad del valor de la empresa. Si compensa a su cónyuge adecuadamente con otros bienes, usted podría mantener control de la empresa.

Si su cónyuge no quiere aceptar una compensación, y usted no quiere compartir control de la empresa con su excónyuge, la otra opción es liquidar la empresa y dividir el dinero. Con su porción de ese dinero, junto con su experiencia y capacidades, con suerte podrá empezar de vuelta con una nueva empresa que está completamente bajo su control exclusivo.

Nunca es fácil navegar un divorcio, ni siquiera cuando ambas partes son razonables y dispuestos a negociar en buena fe. Cuando bienes grandes como una empresa entran en juego, es aun más esencial tener un plan meticuloso sobre cómo negociará la división de propiedad conyugal.